¿Qué es la Tricotilomanía?
La Tricotilomanía está categorizada dentro de los trastorno del control de impulsos. Se dice que una persona lo padece cuando se arranca el pelo, generalmente de la cabeza, cejas y pestañas, aunque en ocasiones puede arrancarse pelo de otras zonas del cuerpo. Esto se produce de manera repetitiva y sin que la persona pueda evitarlo. En ocasiones va seguido de Tricofagia, es decir, comerse el pelo arrancado, que en casos persistentes puede provocar problemas graves obstrucción estomacal.
Este trastorno suele debutar aproximadamente en la adolescencia, aunque puede desencadenarse con anterioridad durante la primera infancia. Suele aparecer como respuesta a eventos estresantes que puedan acontecer en la vida de la persona, y de hecho suele estar relacionado con trastorno de tics, trastorno de déficit de atención con hiperactividad, o trastorno de estrés postraumático, depresión, ansiedad y trastorno obsesivo compulsivo.
Antes se creía que había una mayor prevalencia de aparición de este trastorno en mujeres que en hombres, pero ahora se sabe que esta mayor frecuencia se debe a que las mujeres acuden más a consulta en busca de ayuda por sus evidentes signos (gran pérdida de volumen del cabello y alopecias visibles).
Características y sintomatología de la tricotilomanía
Evidentemente el síntoma y rasgo más visible es la propia acción de arrancarse el pelo, la cuál con el tiempo deriva en una gran pérdida de volumen de pelo en la zona de la que lo arrancan, llegando en casos severos a la aparición de calvas. Esta calvicie siendo la consecuencia más visible produce deterioro en las relaciones sociales, laborales, acompañado de una bajada significativa de la seguridad y la autoestima.
La aparición de calvas y alopecias visibles produce en muchos casos vergüenza o sentimiento de culpa, por lo que las personas que padecen de tricotilomanía a menudo tienden progresivamente al aislamiento, para no exponerse, no dar explicaciones de lo que les ocurre o como defensa ante la dificultad de que padecen un problema que requiere atención.
En líneas generales podríamos describir el siguiente ciclo de la tricotilomanía: el sujeto experimenta una cierta tensión y siente la necesidad irrefrenable de arrancarse el pelo, y al llevarlo a cabo se produce una inmensa sensación de tranquilidad y de liberación. Desafortunadamente, esta calma es momentánea y suele ir proseguida de un sentimiento intenso de culpa (no en todos los casos), arrepentimiento, o conciencia de las consecuencias de su acto, lo cuál aumenta la tensión en la persona, desencadenando nuevamente el ciclo.
Si bien es cierto que este ciclo descrito en el párrafo anterior se suele desencadenar cuando la persona está experimentando un momento de estrés o ansiedad, hay pacientes que describen como el deseo de arrancarse el pelo se puede dar en momentos de tranquilidad, aburrimiento y relax, como un automatismo generalmente inconsciente. Es muy habitual que la tricotilomanía consciente coexista con esta inconsciente.
A veces las personas con tricotilomanía tienen dificultades para admitir que tienen un problema, aunque sea evidente por la perceptible pérdida de cabello.
Causas de la tricotilomanía
Las causas precisas de este trastorno son difíciles de concretar, puede como es habitual en los trastornos psicológicos, deberse a causas tanto ambientales como orgánicas.
A veces la tricotilomanía aparece junto con trastornos de ansiedad como el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), con el que comparte muchas similitudes en lo referente a la ritualidad del acto de arrancarse el pelo. Estás personas suelen hacerlo siempre de una manera precisa, siguiendo unos determinados pasos y como hemos dicho este ritual y el acto de arrancar, les produce sosiego, como ocurre en las personas que padecen TOC al llevar a cabo el ritual ya sea de limpieza, comprobación, etc.
Puede estar también relacionado con TEPT (trastorno de estrés post traumático), trastorno por Tics, etc. Puede aparecer también junto con trastornos del estado de ánimo como la depresión, por lo que se cree que hay una desregulación de un neurotransmisor, la serotonina, implicado también en la regulación del control de impulsos.
Tratamiento de la tricotilomanía
Generalmente, es suficiente con un tratamiento psicológico que aporte a la persona herramientas para poder controlar el impulso de arrancarse el pelo. Además, en terapia se trabajará con el paciente para encontrar la funcionalidad de la acción y las causas externas e internas que pueden estar provocando este problema. Además, en la mayor parte de los casos, también se deberá tratar la seguridad y la autoestima que se habrán visto dañadas por las visibles lesiones capilares o dermatológicas.
En casos más graves, el paciente requerirá tratamiento farmacológico mediante antidepresivos o estabilizantes del estado de ánimo, siempre acompañado del tratamiento psicológico correspondiente.