Existen diferentes trastornos de la conducta alimentaria (TCA) que pueden contribuir a la obesidad. Algunos estudios establecen que los trastornos ligados a la obesidad son:
- Trastorno por atracón. En este, las personas frecuentemente ingieren una cantidad de comida superior a la que ingerirían otras personas. Además, lo realizan con pérdida de control, es decir, tienen la sensación de que no pueden parar o controlar lo que comen. Estos atracones también se asocian a: comer de manera rápida, comer hasta sentirse muy lleno, comer mucho cuando se está saciado, comer solo y sentirse mal con uno mismo por la cantidad de comida ingerida. A diferencia de otros trastornos en los que se producen atracones, como la bulimia, en este no se producen conductas compensatorias como purgas. Por lo que, con el paso del tiempo, las personas desarrollan sobrepeso u obesidad.
- Adicción a la comida. Muchas personas consideran que el trastorno por atracón es lo mismo que adicción a la comida. Sin embargo, otras personas lo consideran como un trastorno diferente diferente al revestir mayor gravedad. Hay datos que establecen que el 80% de los pacientes con trastorno por atracón también tiene adicción a la comida (Granero, Hilker, Agüera et al., 2014).
- Síndrome del comedor nocturno. Estas personas comen mucho después de cenar o comen si se despiertan del sueño. Como en el caso anterior, no existen conductas compensatorias. Esto como en el trastorno de atracones hace que las personas aumenten de peso de manera significativa.
Los trastornos anteriores son los que se relacionan con la obesidad, en otras palabras, son trastornos que se producen por comer grandes cantidades de comida. Sin embargo, también hay trastornos de la alimentación que se producen por miedo a desarrollar obesidad. En este caso, los más frecuentes son:
- Anorexia nerviosa. Ocurre cuando se restringe la ingesta de alimentos por miedo a engordar o aumentar de peso.
- Bulimia nerviosa. Este trastorno alimenticio es similar al trastorno por atracones, solo que en este caso existen comportamientos compensatorios como vómitos, uso de laxantes, hacer deporte de manera excesiva, etc. todo ello con el objetivo de no aumentar de peso por la cantidad de comida ingerida durante los atracones.
- Trastorno por purgas. En este caso, no existe un atracón previo. Se realizan purgas como método para adelgazar.
- Ortorexia. Se trata de la obsesión por la comida sana. Estas personas solo comen alimentos que son considerados sanos como, por ejemplo: frutas y verduras y evitan los azúcares, etc. Lo que, en muchos casos, puede dar lugar a un déficit nutricional.
- Diabulimia. Ocurre en personas con diabetes tipo 1. En este caso, las personas con esta problemática tienen miedo a inyectarse insulina por el aumento de peso que causa. Esto puede tener consecuencias muy graves para la salud: ceguera, desvanecimientos, etc.
Tratamiento psicológico de la obesidad
Como hemos visto, existen diversos factores psicológicos asociados a la obesidad. Por eso, la intervención debería ir dirigida también al ámbito psicológico. En muchas ocasiones, las operaciones para bajar de peso tienen resultados a corto plazo, pero no a largo plazo. Esto ocurre porque no se interfiere sobre las cogniciones y las emociones. Para que se mantenga la pérdida de peso, además de la intervención médica, también hace falta un tratamiento psicológico.
Relacionado con lo anterior, en la mayoría de los casos se hace indispensable un tratamiento multidisciplinar en el que participen médicos, nutricionistas y psicólogos. De esta manera hay más probabilidades de que los resultados de la pérdida de peso se mantengan a lo largo del tiempo.
La intervención psicológica estará dirigida, entre otras muchas cosas, a conocer cuáles son los factores que hacen que una persona coma de manera descontrolada, ver cuáles son los desencadenantes de los atracones (en el caso de que se produzcan), trabajar las emociones negativas que pueden llevar a la ingesta de comida, trabajar habilidades de resolución de problemas y a trabajar técnicas para la gestión del estrés y la ansiedad.
En resumen, la obesidad es una enfermedad con una gran prevalencia tanto a nivel español como a nivel mundial. En la mayoría de las ocasiones tiene un gran impacto psicológico provocando: estrés, ansiedad, depresión, estigma social, etc. Además, se trata de una enfermedad muy ligada a ciertos factores psicológicos como la ansiedad, el estrés, la impulsividad, la ingesta emocional, la depresión, etc.
En este sentido, puede haber TCA que causan obesidad como el trastorno de atracones o el síndrome del comedor nocturno, y TCA que se producen por miedo a la obesidad como: anorexia, bulimia, trastorno de purgas, ortorexia, diabulimia, etc.
En todos los casos es importante realizar una intervención multidisciplinar en la que se tenga como objetivo conseguir un peso saludable e interferir sobre las cogniciones y las emociones.
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