Los textos persuasivos los podemos encontrar en diferentes ámbitos de la vida cotidiana, pues, detrás del acto comunicativo usualmente hay una intencionalidad.
Incluso, en la vida familiar podemos observar muchas veces cómo en la dinámica del núcleo un hijo trata de convencer a sus padres para obtener un permiso, u otras escenas similares, bien sea en casa, en el escenario escolar, académico o profesional.
En la publicidad los textos persuasivos son abundantes, así como también lo son en otros contextos más formales, tal como cuando se presenta un político con una propuesta de la cual espera conseguir aprobación. En los casos de la publicidad lo que se busca es vender un servicio o un producto.
¿Qué entendemos por texto persuasivo?
Tal como su nombre indica, un texto persuasivo es aquel que tiene una composición en la que se busca ejercer un tipo de influencia en los lectores para que actúen de una determinada manera, reaccionen y se fijen ante una posición o simplemente compren un producto, por ejemplo.
Detrás de los textos persuasivos se esconde la intención de convencer y es por ello que en la mayoría de estos escritos se hace alusión a hechos en concreto, a datos, gráficos, porcentajes, o cualquier recurso que sustente la opinión que se desea defender.
A veces, también puede ocurrir que en el escrito persuasivo el autor introduzca o haga mención de la posición contraria a la idea que sostiene, pero es para derrumbarla teóricamente y terminar convenciendo al lector.
Otra cualidad que se destaca en los textos persuasivos es que, comúnmente, estos pueden apelar a las emociones, aunque algunos textos sean argumentativos, pues, si no se logra seducir al usuario a través de argumentos lógicos, tal vez sí se logre con su emocionalidad.
Por lo tanto, los textos persuasivos tienden a reunir ciertas características, entre las que se destacan las siguientes:
Características de los textos persuasivos
La extensión varía: pues, si se trata de un ensayo puede que sea un escrito largo, pero si se trata de una publicidad, entonces podría ser más corto;
Utiliza diferentes recursos con el fin de persuadir, es decir, tiende a invitar, convencer, seducir, invitar, comprobar, dar promesas, entre otros. Aquí es donde se nota si es texto es racional, lógico, o emocional.
Se enfocan en el receptor, llegando a dirigirse directamente a él con el fin de convencerle;
Son atractivos, dependiendo de la finalidad, el texto persuasivo puede contener dibujos, ilustraciones, muchos colores o simplemente líneas lógicas y convincentes.
Analizando estas características se puede deducir qué tipo de texto persuasivo tenemos delante, si apela a los sentimientos y emociones o si trata de convencer de forma racional.
¿Para qué sirven los textos persuasivos?
Tal como se ha mencionado, el texto persuasivo tiende a incitar al lector a que realice una acción, tal como asistir a un evento, comprar un producto, dar un voto, entre otras.
Pero, también puede buscar que el lector piense como lo hace el autor del texto, porque lo que busca es adeptos de una teoría o hipótesis. Así que el texto persuasivo debe tener una finalidad clara para que sea exitoso.
Cómo hacer un texto persuasivo
Para hacer un texto persuasivo se pueden seguir los siguientes pasos:
Ordenar las ideas antes de escribir: pues, primero, se deben analizar ciertos puntos, tales como: las ventajas del producto, si es el caso; el público al cual va dirigido, la intención que se tiene o lo que se desea lograr y así.
Escribir un titular con intención: es decir, que inste al lector a continuar leyendo;
Usar frase cortas, precisas y simples. Mientras menos palabras, puede ser mejor porque el lector fatigado puede abandonar la lectura;
Escribir párrafos cortos: aun cuando sean muchos los argumentos que se tengan, pues, usualmente, el lector solo va a retener uno o dos razones, y serán las más impactantes;
Escribir palabras cortas; esto también con el fin de mantener al lector despierto;
Emplear verbos de acción, en lugar de los pasivos: tales como: ¡Ven! ¡Entra! ¡Inscríbete!, y otros similares;
Enumerar: si son muchos puntos, una enumeración será más fácil de visualizar y retener;
Sé honesto: en lugar de solo distraer, es importante decir siempre la verdad, sobre todo si se trata de la venta de un producto, pues, hoy día proliferan las falsas promesas y lo más correcto es ser honesto;
Ayuda a solucionar problemas: así la persona verá la utilidad del producto;
Vuelve a leer hasta quedar seguro que tu texto persuasivo está listo para convencer.
Siguiendo los pasos señalados, podrás redactar un texto persuasivo que logre atraer el público que deseas.
Tipos de textos persuasivos
Hay varios tipos de textos persuasivos, pues, estos son más una forma de decir las cosas que otra cosa. Así, podemos encontrar textos académicos en los que el autor plantea una hipótesis y la sostiene, aludiendo siempre a la lógica del lector, a su parte más racional. Sus fundamentos son los argumentos.
También, podemos encontrar los textos de opinión, en los cuales un autor, de manera un poco más subjetiva, expone su punto de vista sobre un asunto y se puede valer de otras opiniones de figuras de autoridad. En estos textos de opinión, algunas veces sobresale la subjetividad del autor.
Textos publicitarios que buscan la venta de un producto, también forma parte de los textos persuasivos, así como también se deben incluir en esta categoría las propagandas, en las que sí se recurre a la emocionalidad del lector, a sus valores, o a cualquier otro recurso que lleve hasta el objetivo.
Ejemplos de textos persuasivos
Algunos ejemplos de textos persuasivos son los siguientes:
Una campaña de salud: “Usa el tapabocas, cuídate, mantén la distancia de otros; si te cuidas, nos cuidamos todos y evitaremos el contagio”.
Un spot publicitario: como, por ejemplo, para promocionar un nuevo coche: “No sabes lo que es verdaderamente la experiencia de conducir hasta que conduces un Lexus”.
Una campaña para recaudar fondos: “Este pequeño se llama Antoine, en estos momentos se encuentra en una situación de vulnerabilidad, con tu ayuda, todos podremos construir una sociedad más justa”.
Así, hay una diversidad de ejemplos de textos persuasivos en los que se intenta convencer al lector sobre algún punto.