La rivalidad binocular se presenta como un tipo de visión en la que ambos ojos se usan de forma conjunta, aunque reciban diferentes estímulos de forma simultánea.
Para comprender este tema un poco más, ¿te has preguntado cómo es la visión de algunos animales, como los de presa, por ejemplo?
La rivalidad binocular se caracteriza porque en el campo de visión se superponen las imágenes en los dos ojos y el resultado es la aparición de una imagen tridimensional.
La rivalidad binocular
En la rivalidad binocular se puede presentar una visión simple o una fusión binocular, esto es cuando se aprecia una sola imagen, pese a que cada ojo tiene un punto de vista diferente respecto a cada objeto.
Dicen que los ojos son las ventanas del alma y, en cierta medida, a través de la visión es que podemos ver el mundo e intentar ordenarlo, con ayuda de nuestro cerebro.
Resulta impresionante la forma en la que algunos animales ven y viven en su mundo. Un ejemplo notable de ello son los animales de presa, cuyos ojos están ubicados en los lados de su cabeza y el campo de visión, por lo tanto, es mucho más amplio.
Algunos de estos animales son los antílopes, los conejos y los búfalos, los cuales mueven sus ojos de forma independiente para tener un campo de visión más extenso.
Igual de sorprendente son aquellas aves que pueden alcanzar un grado de visión hasta de 360 grados, pero, a diferencia de los animales de presa, ellas no necesitan mover sus ojos en direcciones diferentes, sino que ¡ni siquiera deben moverlos!
Este interesante concepto de rivalidad binocular fue presentado en el siglo XVI, pero fue en el siglo XVIII cuando se desarrolló, específicamente con Sir Charles Wheastones, el inventor británico del estereoscopio de espejos, un novedoso mecanismo que permitía presentar a los pacientes diferentes imágenes mediante el uso de varios espejos.
Fue entonces cuando se comenzó a debatir sobre este peculiar tema de la rivalidad binocular.
Estos estudios permitieron la constatación de que, en el caso de que ambos ojos recibiesen estímulos diferentes, la información que iba al cerebro era contradictoria, dando lugar así a la llamada rivalidad binocular.
Cuando ocurre la rivalidad binocular y la información que se transmite al cerebro se contradice, se suprime la percepción de un ojo y un estímulo prevalece sobre el otro.
Luego ocurre el proceso a la inversa, es decir, prevalece el estímulo del otro ojo y se suprime el del primero.
Mientras la estimulación diferente se mantiene, el ciclo continúa de manera alternada.
Por ello, tal como señala la autora Carmen la Labra Pinedo, en su estudio sobre el procesamiento visual temprano durante la rivalidad binocular, lo único que se necesita para que se produzca la rivalidad binocular es que la información que se presente a ambos ojos no sea congruente, que los estímulos sean superiores al umbral de detección y que las condiciones de fusión fracasen.
Los ojos: una ventana hacia la realidad
Otro modo de entender la rivalidad binocular es cuando a los ojos se le presentan estímulos con una orientación diferente, tal como las rayas verticales a un ojo y las horizontales a otro.
Si se presentan líneas verticales a un ojo y las horizontales al otro, lo que ocurrirá es que se observará una especie de cuadrícula.
Estudiar la rivalidad binocular nos puede ayudar a comprender cómo funcionan las ilusiones ópticas, e incluso nuestro propio mundo, sobre todo cuando los sentidos nos engañan, pues, esta rivalidad es una condición que se produce cuando la fusión ha fallado.
Así, un estímulo es suprimido de la conciencia al momento en el que la visión de un ojo es la que domina. Todavía no se conoce el mecanismo que emplea el cerebro para bloquear un estímulo de la conciencia, pero es un hecho que atrae a quienes se dedican a la neurociencia.
Vale destacar que el proceso de fusión es el que facilita que las imágenes de un objeto proyectado en las dos retinas den una percepción visual única y, en dicho proceso, intervienen factores fisiológicos y geométricos.
Pero, la fusión se puede alterar cuando a la retina se le presentan estímulos que difieren en forma, tamaño, color o brillo.
Los animales que tienen los ojos en área frontal de la cabeza poseen una visión binocular, pese a que su campo de visión se reduce.
Los seres humanos, algunos primates y los murciélagos, que también poseen los ojos en el área frontal, requieren de la discriminación de profundidad, ya que gracias a este mecanismo la capacidad para escoger una fruta mejora, entre otras cosas que permiten su supervivencia.
Otros animales depredadores, como las ballenas y el cachalote, que son más grandes, tienen sus ojos en lados opuestos de la cabeza.
En el caso de los animales que miran al frente, sus ojos se mueven de forma conjunta. Si los mueven en una misma dirección, se le llama versión, y si los mueven en direcciones diferentes, se le conoce como divergencia.
Un caso muy curioso es el del camaleón, el cual tiene unos ojos que parecen estar situados en las torretas, y cada uno tiene movimientos independientes, pero, al momento de cazar, el camaleón puede dirigir su mirada hacia un solo objeto.
Todo esto no hace más que dar cuenta sobre la complejidad del ser humano, la percepción visual y la asombrosa forma en la que miramos el mundo.