Una fobia es un temor a situaciones o cosas que no son peligrosas y que la mayoría de las personas no las encuentran molestas.
Las personas que padecen este problema lo reconocen como irracional, irrazonable y exagerado pero a pesar de ello evitan o tratan de evitar el afrontamiento de estas situaciones o estímulos y esto les causa gran interferencia en su vida cotidiana.
La mayoría de las fobias se inician en la infancia, adolescencia o edad adulta temprana. Pueden ser causadas por una situación estresante, un acontecimiento traumático o también pueden ser imitadas de un familiar que tiene fobia y un niño acaba haciéndola suya.
Cuando una persona se enfrenta al estímulo temido (animales, alturas, exámenes, reuniones sociales, etc.) aparece una ansiedad severa que se manifiesta con síntomas físicos y psíquicos.
Cómo se diagnostica
El diagnóstico de una fobia se basa en la evaluación clínica por parte del especialista en Psiquiatría.
Presenta síntomas y signos bastante característicos, lo que hace que no sea necesario, en muchos casos, realizar ninguna otra prueba diagnóstica.
- Entrevista diagnóstica.
- Si se sospecha que puede tener una causa orgánica, conviene realizar otras pruebas como la resonancia magnética, analíticas y valoración por otros especialistas.
- Pruebas de psicodiagnóstico.
Cómo se trata
La terapia de conducta es uno de los tratamientos más efectivos para las fobias, en ocasiones puede ser preciso combinarlo con tratamiento psicofarmacológico para disminuir los síntomas físicos que acompañan a la fobia y ayudar así a la persona a afrontar la situación.
El tratamiento psicoterapéutico consiste en:
- Exposición progresiva a los estímulos fóbicos.
- Entrenamiento en técnicas de manejo de ansiedad.
- Reestructuración cognitiva orientada a combatir las ideas catastróficas que puedan presentar estas personas.
Fuente: https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/fobias