La primera forma de ayudar a una persona que se autolesiona es dándonos cuenta que lo está haciendo. Esto no suele resultar fácil puesto que la mayoría de las veces lo hacen a escondidas. Veamos algunos casos:
- La persona esconde su cuerpo, incluyendo épocas de calor.
- La persona presenta cicatrices, heridas o hematomas.
- Son personas impulsivas, con baja tolerancia a la frustración y poca o nula capacidad de regulación emocional.
- Presentan sentimientos de vacío, frustración, desesperanza vital y odio o desprecio por sí mismos.
- Escode objetos afilados cerca de sí.
- Se hacen preguntas del estilo: ¿para qué sirve la vida? ¿qué hago aquí? ¿por qué tengo que existir?.
- Suelen cortarse cuando las situaciones externas o las emociones internas se vuelven descontroladas o insoportables para ellos.
- Son muy susceptibles al las miradas o comentarios de otras personas.
- Se sienten constantemente inadecuados.
- Pueden preferir la soledad o el aislamiento y tender a comportamientos agresivos o depresivos, o variar de forma rápida de uno a otro.
- Su comportamiento (especialmente la autolesión) puede ser incomprensible para quienes le rodean.
Consejos para ayudar a personas que se autolesionan:
- Que sienta que puede mostrarse como es.
- No juzgar, mostrar empatía e interés.
- Dejar hablar a la persona de cualquier cosa que necesite, sin juicios.
- Mostrarles que, aunque no los entendamos, sabemos que tienen un motivo para haberlo hecho.
- Decirles que deben pedir ayuda antes de cortarse.
- Potenciar las formas alternativas de conducta (en lugar de los cortes) que se hayan entrenado con el psicólogo.
- Acudir a psicoterapia y psiquiatría. Si es un adulto, proponerle amablemente que busque ayuda profesional.
Especial atención
Aunque la persona que se lesiona puede no querer suicidarse, en ocasiones llegan a hacerlo debido al riesgo de la autolesión. Nunca hay que menospreciar la conducta autolesiva.