El aporte de los animales a la salud mental: Nuevos terapeutas

El aporte de los animales a la salud mental: Nuevos terapeutas

Mejorar la salud emocional a través de nuestras mascotas: peros, gatos, los nuevos y viejos terapeutas


El arte de sanar emocionalmente que transmiten los animales


Los animales curan y ayudan a regularnos emocionalmente. Regálate uno (o dos) para reyes, para tu cumpleaños, para tu santo… para ser feliz. Regálaselo a tu pareja por vuestro aniversario, a tu hijo por sus progresos, a tu suegro porque también él os cuida. Visita una protectora y déjate elegir por un gato o por un perro. Tal vez haya otras especies que alguien irresponsable y desalmadamente abandonó antes, pero es difícil que puedan aportar tanto como un perro o un gato exigiendo a cambio tan solo mínimos de sensatez y bondad.

Desde el principio de los tiempos los humanos nos hemos relacionado con otros animales porque el negocio es redondo. Cada parte aporta algo que es importante para la otra en términos prácticos, pero en el cómputo global los grandes beneficiados siempre fuimos los humanos.
 


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Los animales, históricamente, nos han servido para calentarnos, para transportarnos, para alimentarnos, para defendernos… han sido una gran fuerza de trabajo e inestimables compañías. Y ahora son nuestros terapeutas, tanto  en lo físicos como lo emocional.

¿Qué persona está absolutamente libre de prejuicios y de juicios? Nadie te aceptará tal cual eres de una forma tan genuina como un animal. Ninguno de ellos distingue grados de belleza ni discrimina el peso ideal, y a ninguno ni le importa lo más mínimo de qué país eres, ni tu raza ni tu acento ni la elegancia de tus ropas, ni ningún otro detalle que las personas encontramos tan absurdamente fundamentales.

¿Cómo puedes enseñar mejor a tus hijos los valores del compromiso, los cuidados, la responsabilidad o la empatía? El amor que despiertan es en sí mismo una motivador de primer orden para cumplir con los programas de vacunas o los horarios de comidas, baños y paseos.

¿Qué zapatillas te sacarán de casa tres veces al día? ¿Alguna vez te has parado con alguien para charlar sobre dónde las compraste, cuántos años tienen o para que alaben sus colores? Sin embargo, esto te pasará cada día que te cruces con otras personas que pasean a sus perros (o que son paseados por sus perros más bien).

Observarlos jugar o asearse tiene un efecto balsámico sobre el ánimo. Tranquiliza, relaja. Captura la atención y la desvía de preocupaciones y malos recuerdos.

Cuidar de un animal es una forma de autocuidado: cuidar nos cuida. Es una regla muy simple: cuando nos involucramos en el cuidado de otro nos sentimos mejor con nosotros mismos, nos tenemos en mejor consideración, nos apreciamos más en tanto que nos sentimos útiles. Además, los animales, con su propia ternura, su ausencia de juicio y su enorme capacidad de aceptación de nuestros fallos, son grandes estimuladores de bondad, así que también nos hacen sentirnos mejores personas.

Con mucha probabilidad, además del perro o el gato que adoptes y cuides, tomar la decisión puede también ser la oportunidad perfecta de cuidar a algún amigo o conocido que no puede hacerse cargo de una camada recién nacida. Los cuidados que se multiplican, multiplican el bienestar.

Los efectos en el tratamiento de diversos trastornos tanto físicos como cognitivos o incluso afectivos y de personalidad ya se han estudiado y son a menudo concluyentes.

No son pocas las instituciones que han comenzado a colaborar con los peludos o llevan tiempo haciéndolo. Si decides que puede ser una buena opción para ti o para alguien de tu familia, creo que verdaderamente habrás acertado.

Pero debes tener muy en cuenta la necesidad de responsabilizarte al máximo. No son juguetes, son seres vivos que establecen vínculos afectivos, que sienten y sufren, que requieren atención y mimo, aunque en una proporción muchísimo menor de la que prodigan.

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