La confianza en uno mismo es uno de los pilares básicos de la felicidad sobre el que descansan la motivación para enfrentarnos a los retos de la vida, la capacidad para establecer buenas relaciones con los demás y autoafirmarnos ante ellos, asumir responsabilidades, aceptar los fracasos propios y un sinfín de aspectos que necesitan de la confianza propia para gestionarlos de manera óptima.
Detectando la falta de confianza.
- No te atreves a actuar: Temes al fracaso por lo que sueles permanecer en la inacción. Dudas de tus propias capacidades para enfrentarte a situaciones de tu vida diaria.
- Tienes pensamientos negativos: Te lanzas mensajes del tipo: “soy inútil”, “no tengo nada interesante que decir”, “nunca lo lograré”, “soy un fracaso de persona”…
- No te afirmas ante los demás: No expresas tus deseos y necesidades, te cuesta decir no a peticiones de otros aunque éstas sean incómodas para ti y tienes la sensación de que la gente abusa de ti.
- Experimentas emociones negativas: Te sientes culpable por todo aunque la culpa no sea tuya, te sientes mal cuando te critican porque das crédito a las opiniones de los demás y acabas despreciándote.
- Construyes una mala imagen de ti mismo: Centras tu atención en tus aspectos negativos pasando por alto los positivos. Esto hace que tu autoestima sea negativa.