Ser resiliente es un proceso largo que requerirá mucho aprendizaje de nosotros mismos. Te presentamos siete claves para ser una persona resiliente:
· Tener conocimiento de uno mismo
Es importante que nos conozcamos, tenemos que saber qué nos afecta de manera negativa y trabajar en ello. Debemos crear una imagen de nosotros mismos de capacidad y fortaleza que nos permita vernos con los recursos necesarios para gestionar situaciones adversas. Para ello, tendremos que analizar nuestras habilidades y nuestras debilidades.
· Tener autocontrol emocional
No se trata de no llorar o de no sentir, se trata de aceptar que podemos hacerlo. Tenemos que aprender a llorar, gritar, etc. Pero a la misma vez, tenemos que regular y encaminar estas emociones para poder fortalecernos.
· Poseer control de impulsos
Tenemos que aprender a detectar los primeros indicios de tensión para poder parar a tiempo los impulsos que se generan justo después del acontecimiento. Se debe tomar distancia de los pensamientos para que no actúen por nosotros.
A veces actuamos sin pensar y esto hace que tomemos decisiones erróneas tienen graves consecuencias para nosotros. Si tomamos distancia de las situaciones tendremos la oportunidad de reflexionar sobre lo que ha pasado y podremos tomar decisiones que no generen consecuencias negativas.
· Mostrar actitud positiva
Tener una actitud positiva en el día a día es algo fundamental para poder ser una persona resiliente. Cuando nos pasa algo negativo lo vemos todo “muy negro” y pensamos que nunca más podremos volver a ser las personas que éramos antes de que nos ocurriese el suceso. Sin embargo, si analizamos la situación y la tratamos con fuerza y optimismo nos daremos cuenta de que todo pasa y de que no todo es tan terrible como nos parecía en un principio.
· Ser realista y aceptar la realidad
Como hemos visto, las personas resilientes son objetivas. Tenemos que aprender a analizar las consecuencias de los problemas de una manera objetiva y sin maximizar o minimizar las consecuencias de lo que ha ocurrido. Tenemos que aceptar la realidad tal y como se presenta.
· Aprende a crecer de los problemas
Existe un dicho popular que dice que de todo lo malo se aprende. Debemos analizar lo que nos ha pasado, por muy malo que sea, y extraer un aprendizaje de ello. Las personas resilientes contemplan las situaciones negativas como procesos de aprendizaje sobre ellos mismos.
· Tener sentido del humor
Tener sentido del humor y reaccionar de manera positiva es muy importante. Una vez que el suceso estresante ha ocurrido y que no podemos hacer nada por evitarlo, el cómo nos comportemos nos afectará psicológicamente en los días posteriores. ¡Aprende a reírte de los problemas!
Entrena tu resiliencia.
Si quieres ser una persona resiliente y no sabes cómo lograrlo, pide ayuda. La terapia psicológica no es solo para el tratamiento de dificultades o de trastornos mentales. La terapia también te puede ayudar a desarrollarte como persona de una manera positiva.
La sociedad tiene tendencia a patologizar la psicología. Es decir, se asocia la terapia con tener algún problema. Sin embargo, no siempre es así y puede guiarte en un bonito proceso de autoconocimiento.
En resumen, ser una persona resiliente tiene muchos beneficios entre los que destacan tener mejor salud mental y física. Existe una serie de factores que puede hacer que tengas más o menos predisposición a ser o no ser resiliente, pero ten presente que es una habilidad que se puede entrenar.
https://www.psicoglobal.com/blog/resiliencia-como-desarrollarla