Todos nos enfadamos en algún momento, pues la ira es una de nuestras emociones primarias, la cual rápidamente experimentamos desde nuestra niñez más temprana, y tristemente con la que tenemos que lidiar casi toda nuestra vida, por mucho que esta emoción sea desagradable.
El enojo nos sirve para reaccionar por ejemplo, ante lo que percibimos como una injusticia, pues por lo general, deseamos optar por algo mejor para nosotros. Siempre que se trate con respeto, sin agresividad, hostilidad o descontrol, el enfado es una respuesta natural, y sin embargo, el enfado continuo y excesivo es negativo, para todo tipo de dinámicas sociales y en especial para nuestra relación de pareja.
Cuando estamos enfadados tendemos a decir con mayor facilidad lo que se nos viene a la mente a causa de este, y lo peor es que en ocasiones lo hacemos de una manera muy negativa (incluso hasta grosera). Sucede a veces que en realidad se magnifica al calor de una discusión, y por ende acabamos lastimándola.
Afortunadamente, existen técnicas que puedes aprender para manejar tu respuesta a la ira y controlarla debidamente, y así evitar de forma eficaz las confrontaciones con resultados negativos.
1 Primero, conócete a ti mismo
Date cuenta de las señales que indican que estás comenzando a enfadarte; por ejemplo, si sientes mucho calor y respiraciones fuertes, o conductas típicas que muestran enojo, como alzar la voz o usar gestos bruscos y amenazantes hacia tu pareja. Estas señales son el punto de partida para que tu enfado se descontrole.
2 Sé consciente de cuándo te enfadas y responsabilízate de ello
Del mismo modo, sé consciente de las situaciones en que tienes más facilidad para enojarte, como por ejemplo: la impuntualidad en tu pareja cuando ya han quedado a una cierta hora, o ciertos temas de conversación que son de por sí son ya conflictivos, ya que es vital que conozcas los contextos en los que puede ser más fácil que te enfades.
En ocasiones no es la situación en sí la responsable de tu enfado, sino que tu enfado aparece por cosas que tienen que ver solo contigo y no con tu pareja, como tus expectativas, impaciencia, exigencia o cansancio.
En estos casos, la única forma de afrontar tu ira es haciéndote responsable de descubrir qué te está sucediendo, y decidir así cómo la vas a manejar, ya que debemos tener conciencia que nadie debe pagar a causa de nuestro mal humor.
3 Controla tu respuesta de enfado desde ya
Si ya eres consciente de las señales y situaciones que más te irritan, has dado un gran paso.
Ahora no permitas que se vayan a salir de control, si hace falta date un momento para controlarte y pensar, sal de donde estés y distráete con música, una película o un hobby nuevo, y detén tu enfado en este momento, para que no avance y no hieras a tu pareja.
4 Utiliza la relajación a tu favor
Respira profundamente, destensa los músculos, céntrate en tu respiración y piensa en algo que te ayude a relajarte, como por ejemplo: un paisaje tranquilo, es una excelente opción.
Al principio será muy complicado usar la relajación en esos momentos, pero con la práctica podrás utilizarlo como un mecanismo para mitigar tu enfado y concentrarte en resolver los conflictos de una manera tranquila y bien pensada.
5 No caigas en pensamientos egoístas e irracionales
Las ideas rígidas del tipo “mi pareja debe estar de acuerdo conmigo en todo” o “mi opinión siempre es la mejor” ya que son muy dañinas, para cualquier tipo de relación social, y además totalmente irreales, pues nadie puede tener la razón absoluta.
Debemos tratar de ser flexibles a la hora de pensar, ya que podemos tener opiniones contrarias a las de nuestra pareja (ya que somos dos personas distintas), y ese no tiene por qué ser un motivo de discusión y peleas.
6 Aprende formas más sanas de mostrar tu descontento
Sí, se pueden hacer críticas a la pareja, siempre y cuando estas sean constructivas, y enfocadas desde el amor que sientes, sin descalificar, ni dando toques de ironía, más bien entendiendo al otro, y diciendo sin atacar lo que deseas o te molesta de él o ella.
Asimismo, escucha sus propias críticas sobre ti, esto sin generalizar hacia otros temas que no se están tratando en ese momento, ni sintiéndote menospreciado; por el contrario, acepta y entiende la queja expresada, posteriormente argumenta tu desacuerdo si así fuese, sin atacar directamente la postura de tu pareja.
Hay que recordar que también el amor, el respeto, la tolerancia y la paciencia, juegan un papel muy importante en todo tipo de relación positiva, y que no debemos dejarnos dominar por un momento de rabia, para así poder construir una sana y feliz relación de pareja
Así que recuerda estos consejos, practícalos y podrás controlar tu enojo más fácilmente.